Este elemento corresponde al sector productivo de la minería, sector que fue la base del desarrollo industrial en España en el siglo XIX y principios del XX. De la extracción de alumbre destacan los grandes tajos de Vista Alegre, en el cabezo de Los Perules y la enorme cantera de El Charco de la Aguja, una explotación de paredes verticales y de incierta cronología.
El enclave minero de los cabezos de San Cristóbal y de Los Perules, es un elemento representativo de la actividad minera de tres épocas históricas: Minería romana, minería de los siglos XVI y XVII y minería moderna de los siglos XIX y XX. Presenta un enorme interés como patrimonio geológico minero, siendo un referente de valor internacional como ejemplo de una tipología de yacimientos metalíferos, de origen hidrotermal. Desgraciadamente las edificaciones industriales y los abundantes ingenios mineros que existían, tales como lavaderos, casas de máquinas, castilletes, chimeneas, etc, fueron desguazados y expoliados al cese de la actividad minera, en la década de los 60, y sólo quedan elementos residuales del ingente patrimonio arqueo industrial que allí existía. De esos restos arqueoindustriales hay que destacar las instalaciones de la mina San Antonio, dos chimeneas, y cuatro castilletes. En concreto dos castilletes metálicos mina San Antonio y mina No te Escaparás , uno de mampostería mina San Antonio y otro de madera mina San Simón , donde aún se conserva parte de la maquinaria de extracción. También hay que destacar los restos de las instalaciones para la extracción y producción de alumbre, mineral de gran importancia histórica en esta zona. Tienen gran interés los grandes tajos de explotación que se conservan en la zona de Vista Alegre, en el cabezo de Los Perules; donde se conservan también un grupo de hornos donde se realizaba la tostación del mineral. Hay que resaltar la enorme cantera de El Charco de la Aguja, situada en la falda oeste del cabezo de San Cristóbal , se trata de una antigua y espectacular explotación de piedra de alumbre, de paredes verticales, de cronología aún incierta que se ha atribuido a época romana, pero que podría corresponder a la minería del siglo XVI. Lo más impactante de este enclave es sin duda el aspecto paisajístico, con unos cromatismos alucinantes, debidos tanto a las coloraciones naturales de rocas y minerales, como a a la alteración química de los depósitos de residuos del lavado de los minerales, con sus abigarrados colores.
