Las Minas de Almadén junto con las de Idrija Eslovenia figuran registradas en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco el 29 de junio de 2012. La UNESCO ha reconocido el excepcional valor e interés de Almadén, considerada la más grande del mundo y ejemplo de utilización de este metal a lo largo de los siglos con sus aplicaciones en los procesos industriales y sus impactos sociales.
La Puerta de Carlos IV, El cerco de San teodoro, el Real Hospital de mineros de San rafael, el antiguo almacén de azogue, hoy Museo del mercurio de Almadén, el edificio de la antigua Escuela de Minas en el casco urbano, así como los denominados Hornos de Aludeles o de Bustamante son importantes elementos de este conjunto industrial. Los hornos aludeles o Bustamante para la obtención de mercurio son introducidos en España por Juan Alonso de Bustamante en 1646 y se utilizaron hasta 1928. En 1992 fueron declarados Bien de Interés Cultural. El origen de Almadén está ligado al de sus minas y es muy remoto; según Vitrubio y Estrabón puede decirse que existía ya antes de la era cristiana; está vinculada a la llamada por los romanos región sisaponense ya citada por Plinio; Sisapo o Sisapón en celta quiere decir mina oculta . Aunque su ubicación sea incierta, si está comprobado que el cinabrio o argentum vivum del que nos habla Plinio, Estrabón y Tofrastos, se extraía de la Sisapón sita en la Beturia de los Turdilis. Almadén como ciudad parece ser de origen árabe; nacido de la agrupación de albergues construidos alrededor de las minas que los invasores explotaron, y para defender las cuales levantaron el hins al ma din, el fuerte de la mina. La población permaneció bajo poder musulmán hasta que en 1151, Alfonso VII conquistó la comarca. En 1168 Alfonso VIII hizo cesión del territorio al conde don Nuño de Lara y al maestre de Calatrava, pasando Almadén a ser patrimonio de la Orden de Calatrava, junto con la dehesa de Castilseras. En mayo de 1218, Fernando III confirmó la donación, que fue renovada por Alfonso X en abril de 1251, y por Sancho IV, aumentándola, en 1285 y 1289. La Orden explotó las minas cediéndolas en arriendo a particulares. En 1417 recibió el título de villa. Al incorporarse los Maestrazgos a la Corona en 1512, el Tesoro comienza a incautarse de las rentas de Almadén. En 1523 finaliza el arriendo de los Maestrazgos y por ende el de los pozos de Almadén, quedando el 4 de mayo de dicho año incorporados perpetuamente a la Corona de Castilla. Hasta mediados del siglo XVII la explotación de las minas fue realizada por particulares por un derecho concedido por la Corona de Castilla, pero a partir de 1645 la mina vuelve a manos del Estado. A partir de esa fecha se inicia un periodo de lentas reformas, nombramientos de Superintendentes así como el inicio de explotaciones que se descubren en distintas fechas. Las minas de cinabrio constituyen una estructura constructiva de gran interés. La forma de obtención del mercurio especialmente los hornos Bustamante con la presencia de los aludeles se conservan en un buen estado y son una estructura productiva de gran interés para la historia de la tecnología minera. El conjunto estaba protegido por un cerco y puertas singulares como la de Carlos IV. En 1777 se construye la primera Escuela de Minas del país. Junto a la propia mina se construyen en la ciudad la plaza de toros y el Hospital de Mineros. Hoy en día al quedar la mina sin uso se ha rehabilitado en una gran parte de las galerías para permitir su visita, se ha rehabilitado el hospital, la plaza de toros y recientemente se regeneran las escombreras.