La Noria de Jinámar es uno de los bienes más importantes del patrimonio industrial hidráulico de las Islas Canarias. Por ello, en el año 2005 se procedió a su restauración.
La conocida como Noria de Jinámar constituye uno de los bienes más importantes de nuestro patrimonio industrial hidráulico no sólo por su antigüedad s.XIX , sino también por su singularidad, al tratarse de un malacate de tracción animal. Sus orígenes se sitúan en 1850, cuando se tienen las primeras referencias del funcionamiento de su equipamiento, debiéndose a la iniciativa del IV Conde de la Vega Grande, Agustín del Castillo y Bethencourt. La noria se construyó para dotar de agua al conocido como Cortijo del Valle de Jinámar, entre Las Palmas y Telde, donde el citado conde poseía una gran hacienda dedicada principalmente al cultivo de la caña dulce y de plataneras. La Noria mantuvo su actividad extractiva hasta finales de los años setenta. En el año 2005 se procedió a su restauración, ya que se encontraba en un estado lamentable, habiendo sido sometida durante años a constantes saqueos.