El Valle del Turón ha sido, desde finales del s. XIX hasta la última década del XX, uno de los referentes socioeconómicos de la cuenca minera asturiana.
El Paisaje Industrial y minero con el río Turón y la antigua trinchera de ferrocarril como hilo conductor, delimitan a uno y otro lado: escombreras, instalaciones, equipamientos y viviendas promovidas por las dos principales compañías del valle hasta su absorción por HUNOSA: Sociedad Hulleras del Turón SHT, fundada con capital vasco en 1890 bajo la presidencia de Víctor Chávarri. Por otra parte, Minas de Figaredo, fue constituida en 1932 como sucesora de distintas sociedades iniciadas por Vicente Fernández Blanco. Siguiendo de Este a Oeste y a la inversa el itinerario que antaño seguía el carbón van surgiendo los principales hitos patrimoniales: Reicastro, en la orilla opuesta a la desembocadura del Turón, conserva vestigios de su participación como centro de transporte y provisión dentro del sistema de SHT. Comenzó como nodo de comunicaciones ferroviarias entre el tren minero de SHT de La Cuadriella a Reicastro, 1891, y la línea León Gijón, 1884. El puente de hierro que cruza el Caudal, 1891, completa las infraestructuras de este enclave. Figaredo, cuenta desde 1906 con estación y línea de ferrocarril construida por la Sociedad General de Ferrocarriles Vasco Asturiana para el transporte del carbón hasta el puerto de S. Esteban de Pravia para su embarque a la siderurgia vizcaína. El pionero en el negocio minero del valle, Vicente Fernández Blanco, comenzó a operar en 1867. En el barrio de Las Vegas aún se conservan cinco cuarteles construidos por SHT entre 1918 y 1930. El Pozo Figaredo, el primer pozo que nos encontramos desde la desembocadura, fue el último en cerrar de todo el valle en 2001. Conserva dos bocaminas de la primitiva explotación en ladera. Es interesante el castillete S. Inocencio, construido por la Fábrica de Moreda en Gijón y su sala de máquinas, ambos de 1957. También destacan la chimenea de la batería de cock, 1958, y la torre de extracción S. Vicente, 1982. Esta última ya con la maquinaria integrada en su cuerpo superior. La Cuadriella surge en 1893, tras la apertura de grupos mineros de montaña lo que propició la construcción del parque de minerales Lavadero, carpintería, almacenes y talleres más importante de SHT. Tiene residencias obreras como las Casas de La Central y la Casa de Los Jardines entre otras. La chimenea de briquetas para la central, una nave de los talleres, así como máquinas y artilugios dispersos, son parte y memoria de lo que un día fue. El Pozo San José, uno de los más completos y bellos en cuanto a elementos patrimoniales, permite seguir la evolución de una explotación desde el laboreo: socavón, s. XIX, hasta su profundización; castillete, 1947, casa de máquinas y casa de oficinas, aseos y lampistería, 1950. Un monumento en memoria a todos los mineros accidentados que ha recuperado y puesto en valor el primitivo socavón. Los Cuarteles de Lago, considerados los más antiguos del valle, albergaban a finales del XIX cuadras y pajeras, adaptadas posteriormente por SHT a viviendas para obreros. El Pozo Santa Bárbara, situado en la localidad de la Rabaldana, fue el primero de los pozos del valle en utilizar la técnica de profundización, 1913, 1926. Su valor de conjunto y modelo le han supuesto su declaración de BIC. Las edificaciones de mayor interés, 2 castilletes, casas de máquinas, pozo de ventilación, subestación y compresores, dispuestas linealmente entre el curso del Turón y la carretera comarcal. Cuenta con un proyecto de musealización para su recuperación y puesta en valor. Pozo Espinos en sus orígenes grupo de montaña posee hoy uno de los castilletes más bellos y singulares del valle, 1927. La maquinaria, en su parte superior, está cubierta con un interesante cuerpo en madera con forma de garita, lo que le valió el sobrenombre de la torre. Tras el cierre de la actividad extractiva fue pozo auxiliar del vecino pozo Santa Bárbara. Mina Fortuna, albergó un sistema de extracción de pozo plano, máquina de extracción y mecanismos dentro de la bocamina, alguno de cuyos vestigios se encuentran expuestos en la plaza. A ello se suma el interés de la propia distribución de los espacios de trabajo, la bocamina del propio pozo plano, la casa de sierra y la recuperación del brocal del pozo vertical, 1927, que nunca llegó a entrar en servicio como tal, puesto que fue tapado tras servir de fosa común en la Guerra Civil. El Grupo Güeria de Urbiés, 1942, en la cabecera del valle, comunicado con Mina Fortuna a través del tren carbonero, de cuyo trazado se conservan aún dos túneles; Los Pisones y Biesca, y dos puentes de hierro; Arnizo y Los Pisones, con la presencia de elementos naturales. Esta característica le ha valido su integración en un ámbito reconocido y declarado como Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras.
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