La historia empresarial de GIESA se inicia en las primeras décadas del siglo XX. Schindler entra en su capital en 1968 y la factoría de Zaragoza inicia en 1975 la fabricación de ascensores con maniobra transistorizada.
La fábrica Giesa Schindler forma parte, en estos momentos, del grupo suizo Schindler dedicado a la fabricación, instalación, mantenimiento y modernización de ascensores, escaleras mecánicas y andenes móviles. La presencia de esta compañía en España se remonta al 1946, momento en el que GIESA comenzó a fabricar ascensores bajo la licencia de este grupo. Desde el año 1986 Schindler concentra tanto a GIESA como al resto de compañías españolas en las que tenía intereses económicos y desde 1992 trabaja en España bajo una única denominación: Schindler, S.A. Desde 2006, el grupo tiene en Zaragoza una nueva planta centrada en la fabricación de componentes y de ascensores complementada con una división de I D, ubicada en el Polígono Empresarum en la Cartuja Baja, barrio de Zaragoza. La historia empresarial de GIESA se inicia en las primeras décadas del siglo XX y está unida a la figura de D. Joaquín Guiral Lascellas, 1889 Zaragoza, 1950 . Este perito industrial adquirió, en 1914, la empresa de Antonio Abián e Hijo dedicada a proyectos e instalaciones eléctricas. Su primer taller se localizó en los bajos de la casa nº 32 34 de la calle de Roda. , dirección que mantuvo hasta 1924. En este año se trasladó a la calle de San Jorge, esquina con la calle San Andrés para, en 1937, cambiar nuevamente de ubicación, en esta ocasión a la avenida de San José nº 32. En estas naves, además de montar su tradicional taller de reparaciones electromecánicas instaló una fábrica de electrodos para soldadura eléctrica y una fábrica de tubo aislante Bergam. En 1940, pasó a denominarse Guiral Industrias Eléctricas S.A. y, en 1942, compró los terrenos denominados Villa Asunción, en el km. 2 de la carretera de Zaragoza a Castellón. En este caso, los proyectos de Joaquín Guiral iban más allá de una mejora y ampliación de los locales de su factoría, ya que se proponía urbanizar y parcelar la finca mencionada para construir una barriada de más de 1.000 viviendas obreras de renta reducida, bajo la protección del Instituto Nacional de la Vivienda.
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