La fábrica de azúcar de remolacha San Isidro constituye uno de los patrimonios industriales más importantes y significativos de la producción azucarera en Andalucía y un modelo arquitectónico de indudable interés. El aspecto fabril del conjunto se enriquece con la presencia de la Alcoholera en la que se aprecia la influencia del Art Nouveau nórdico.
Andalucía posee en las fábricas azucareras un conjunto patrimonial de primer orden formado por una arquitectura y unos medios tecnológicos únicos en Europa debido a la exclusividad de este tipo de cultivo en la costa que va desde Adra hasta Vélez Málaga. La fábrica de azúcar de remolacha San Isidro fue construida por la empresa alemana Braunschweigsche Maschinenbau Ansalt según el proyecto arquitectónico de Juan Monserrat y Verges. El trazado responde a una serie de sucesivas ampliaciones de cuerpos anexionados, cada uno de ellos destinado a un uso diferente siguiendo el proceso de producción del azúcar. El conjunto no responde a una única intervención, se reconocen con claridad ampliaciones de épocas u estilos distintos. Algunas de ellas especialmente interesantes utilizan el ladrillo y la mampostería con ventanales altos y muy rítmicos, lo que le otorga un cierto aire londinense muy elegante. Los muros de la fachada principal están resueltos con una composición muy ordenada de macizos y huecos, mientras que los de la zona posterior son ciegos y rodeados de infraestructuras, con cuerpos añadidos de aspecto inacabado. El emplazamiento de esta fábrica se realizó en terrenos de la vega, junto a la antigua línea férrea Granada Bobadilla y la Acequia Gorda, buscando con esta ubicación las ventajas que suponía la proximidad de estas infraestructuras. La historia de esta fábrica corre paralela a las transformaciones urbanísticas que experimentó la ciudad de Granada en las primeras décadas del siglo XX. La implantación de este conjunto industrial supuso ya desde su inicio la creación de una barriada residencial la Bobadilla para los trabajadores, además de otras infraestructuras y elementos de servicio. Fundada en 1901 por un numeroso grupo de agricultores en terrenos colindantes al Ingenio de San Juan, primera fábrica de azúcar de remolacha de España desde 1882, se mantuvo en funcionamiento hasta los años 80. En la actualidad su imagen permanece intacta y como era en activo, con un conjunto de naves de gran tamaño agrupadas en torno a tres núcleos: el espacio principal de producción de San Isidro, la torre alcoholera y el Ingenio de San Juan, separados entre sí por amplios espacios libres con infraestructuras, silos y pasos elevados de ferrocarril.