A lo largo de cuatro siglos del XVIII al XXI, las fábricas de armas de Trubia y de La Vega han tenido un papel trascendental y fundacional en la historia industrial de Asturias.
El discurrir de la fábrica de armas de La Vega aparece salpicado de sucesivas reorganizaciones, modernización de infraestructuras y maquinaria, construcciones y reconstrucciones, pero también de las luchas y los desarrollos del capital humano a ellas vinculado. La Fábrica de Armas de Oviedo, ubicada en los terrenos del antiguo monasterio benedictino de Santa María de la Vega, se constituía por Real Orden del 24 de abril del año 1794, respondiendo a razones marcadamente estratégicas. Se determinaba que el Brigadier Francisco Vallejo, Teniente Coronel del Real Cuerpo de Artillería, pasase a la ciudad de Oviedo, al objeto de establecer en ella una fábrica de fusiles en la que pudieran ser elaborados en los términos que estaban contratados con la Real Compañía de Filipinas. El entonces monarca, Carlos IV, quiso con esta fundación hacer frente a la amenaza francesa al tratarse Asturias de una zona más segura, además de rica en mineral de hierro y en explotaciones carboníferas. No obstante, tendremos que esperar hasta el año 1857 para que la Fábrica de Armas Portátiles de Oviedo se ubique en el emplazamiento actual. En ese año, los trabajos de armería se iniciaban en los terrenos cedidos por el Ayuntamiento del antiguo monasterio desamortizado que había pertenecido a las monjas benedictinas de Santa María de la Vega, ocupando una posición periférica con respecto a la ciudad decimonónica. Hasta ese momento, la producción se basaba en el trabajo domiciliario y había corrido a cargo de maestros armeros, muy especialmente oficiales de todos los gremios procedentes de la fábrica de fusiles de Plencia, abandonada ante el avance francés, contratados para trabajar y formar nuevos operarios bayoneteros, cañonistas, llaveros, cerrajeros, cajeros, etc, provocando un auténtico trasvase de personal y de sus familias desde el País Vasco a Asturias. Las piezas elaboradas eran entregadas semanalmente en la Casa Fábrica situada en el Palacio del Duque del Parque, hoy Palacio del Marqués de San Feliz. La Factoría de La Vega fue cerrada en el año 2012 estando pendiente este conjunto de nuevos usos.
No es visitable.